La búsqueda del bienestar y la salud es un camino que nos conduce a través de aprendizajes importantes para nuestra trascendencia. Es una oportunidad para nuestro crecimiento y desarrollo de los niveles más profundos de nuestro ser.
Consciencia y Energía
Todo es Energía y ésta es la manifestación de la Consciencia. Cada aspecto del universo y del ser humano tiene una vibración específica que viene otorgada desde la Consciencia. La energía son las ramas y la consciencia las raíces. A la consciencia, en términos de la física, se le conoce como El Campo.
El Campo organiza toda forma de vida. Desde los átomos formando moléculas hasta las galaxias. Desde el tejido muscular hasta la totalidad del cuerpo humano. Mostrando las mismas formas de organización de las unidades y siguiendo patrones fractales. De la misma manera que estructura un tejido celular, lo hace con los sistemas solares y las galaxias. Esto es reconocido y estudiado por la ciencia moderna, pero también explorado desde la filosofía y la espiritualidad y desde hace miles de años. El Akasha, el Tao, Ein Sof, y muchas otras maneras de hacer mención del Campo, son conceptos de distintas culturas ancestrales a través de la historia del hombre.
Existe una relación y comunicación total entre la Consciencia y la Energía. Entre lo interno y lo externo, entre el espíritu y la materia. Todo comienza por lo profundo y lo que vemos manifestado es a consecuencia de lo oculto.
La Percepción de la Vida (consciencia y energía)
Vemos como característica de la Consciencia que se encuentra “oculta” y aparentemente la única comunicación con ella es a través de lo que manifiesta; a través de la energía que ordena. Siendo así, vemos que la Consciencia opera a una velocidad mucho mayor que la Energía. Desde la manifestación, es casi imposible percibir a la consciencia sin distorsión.
Como característica del Ser Humano, existe el percatamiento de estos dos elementos primordiales: Consciencia y Energía. Y dentro de este “Percatamiento” existen niveles de “Atención”. Uno muy claro es el nivel del Ego, que responde a la supervivencia instintiva y a todas las acciones de conservación que desarrolló a través de su historia personal, sus cargas ancestrales y al espíritu de la época. Condicionado solo para “Recibir” lo que él desea según sus preceptos y, por tanto, a percibir una realidad distorsionada, permeada por sus cargas.
Entonces, en realidad es ese nivel de atención (el ego) quien percibe algunas veces un desequilibrio o incongruencia entre la consciencia y la energía, aunque, como ya lo dijimos anteriormente, su condición normal es el equilibrio total. ¿Quién o qué es lo que realmente enferma o padece un malestar? El Ego. Mayormente, los desequilibrios son distorsiones de percepción del ego.
El agua en estado líquido, no se resiste a los rayos del sol, simplemente fluye con sus ciclos, y al condensarse, vuelve a su estado líquido a través de la lluvia. Los árboles dejan caer sus hojas en invierno y concentran toda su energía en sus partes vitales; al llegar la primavera generan sus nuevos brotes y florecen. Los animales aceptan el dolor y se sueltan frente a la muerte. Parecen no pasar de lleno por el sufrimiento en el que los humanos estamos muchas veces estacionados. La naturaleza nos enseña a relacionarnos con el Campo.
El Sufrimiento y las Resistencias
El sufrimiento puede ser visto bajo este fundamento (consciencia y energía) como “Resistencia”, que es un elemento en oposición al flujo de una corriente o vibración. De ahí recordamos: “fluye con el tao”, “confía en el flujo”, “a lo que resistes persiste”, o “deja hacer a Dios su parte”.
Hemos designado al Ego la tarea de percibir la vida, dejando a un lado otros recursos con los cuales podemos llegar a percibirla de forma más amplia. El Ego y sus incontables “Resistencias” nos entregarán una vida en oposición al flujo y con el “percatamiento” limitado.
No obstante, dejemos de calificar al ego como algo negativo, pues es necesario para nuestro desarrollo en las dimensiones inferiores, más densas y alejadas de la “luz”. Él comanda muchas acciones internas y externas. El problema es que le hemos dado todo el protagonismo.
Para acceder a otras formas de percepción, requerimos un despojo de estas resistencias, que nos harán vincularnos de forma más fluida con vibraciones más altas.
Sanar es acceder a vibraciones más altas. Los desequilibrios y las “enfermedades” nos dan oportunidad de percibir dimensiones más cercanas a nuestra esencia. Aunque al principio el ego se resista y sufra, está destinado a desarrollarse. Al final, quién puede negar que cada malestar, tragedia o situación adversa que vivimos, nos conduce a un mayor desarrollo. Por tanto, la forma más común de crecimiento es a través de los desequilibrios.
Quien realmente “enferma” o padece es el ego.
Carl Jung decía que el problema de la humanidad es que no quería pasar por la dosis de sufrimiento que le toca vivir y que esa resistencia prolonga el malestar y hace centrar nuestra atención en ello, sin ser capaces de ver el propósito y sentido de los acontecimientos. Viktor Frankl también habló de la búsqueda del sentido en situaciones adversas.
Es dolorosa la experiencia de pasar por el canal de parto, pero el propósito es nacer y salir a la vida. Para los niños es doloroso el crecimiento de los dientes, pero con ellos sobrevivirá. Es dolorosa la pérdida de un ser querido, pero eso dará profundidad a tu vida y asumirás la vigencia de tu existencia. Es doloroso perder un trabajo, pero ello te conducirá a otros caminos y experiencias. Es doloroso cualquier padecimiento o enfermedad, pero de esta manera apreciaremos más nuestra vida y cuidaremos de ella.
En las culturas ancestrales, todo ser humano pasaba por procesos iniciáticos que requerían un esfuerzo físico y emocional. Con el tiempo, distintas escuelas filosóficas se inclinaron a evitar el sufrimiento como un camino hacia la felicidad. Hoy en día, tratamos de evitar a toda costa el sufrimiento, imposibilitados de ver que el esfuerzo es su sinónimo oculto y las incomodidades nos hablan de una nueva conexión con el Campo desde otra vibración. Es decir, hemos perdido la necesidad de encontrar el sentido y el propósito en nuestra vida, pues esto requiere un esfuerzo.
Entonces, la mayoría de los sufrimientos es a causa de la ignorancia. Desconocemos el propósito de los acontecimientos adversos de nuestra vida, aunque con el tiempo entendamos su sentido. Todos volteamos a ver nuestro pasado, descubriendo que aquello que nos acongojó nos condujo a un escenario de mayor desarrollo.
Sobre la Salud desde una Perspectiva Integral
Los conceptos: Sano y Enfermo, son interpretaciones que deben madurar y considerarse como Equilibrio y Desequilibrio. De esta forma nos abrimos a la posibilidad de entender los mecanismos naturales de nuestro organismo, que nos regulan y nos llevan al equilibrio: homeostasis.
Lee nuestra entrada anterior sobre Homeostasis: la Autorregulación del Ser Humano
Entonces, cada desequilibrio es el anuncio de un aprendizaje y un cambio en nuestras vidas.
La estrategia de las terapias holísticas y energéticas, conduce a maximizar nuestra capacidad de autorregulación, siguiendo protocolos depurativos y de comprensión integral del organismo y su relación con el entorno, a todo nivel o dimensión.
Desde una perspectiva psicoemocional, entendemos que a todos nos pasarán cosas “buenas”, “malas”, “difíciles” y “armoniosas”. Nadie está exento de estas experiencias, por lo cual, tratar de evitar el sufrimiento y las cosas que percibimos negativas, es una apuesta errada, cuando sabemos que lo mejor es apuntar a trabajar “el drama”, o en términos físico-energéticos: “La reactividad”, la forma en que reaccionamos a ello, y con el tiempo, salir de la ignorancia y comprender el sentido o propósito de nuestras experiencias.
Los conceptos de karma, castigo o consecuencias negativas, deben madurar y verse como el camino al entendimiento. De qué otra manera podemos aprender profundamente (no solo racionalmente) lo que nos acercará al desarrollo.
Existe una parte racional (entendimiento) y una parte intuitiva (sabiduría) que juntas forman el conocimiento. Si se reincide en un malestar, esto nos revela que aún no comprendemos el propósito o el sentido de esto; que aún no adquirimos el conocimiento.
Una terapia integral consta de guiar a la persona a que adquiera el conocimiento y sentido de su malestar, como herramienta de acercamiento a la consciencia. La otra parte es estimular a través de energía (eléctrica, magnética, sonora, fotónica, etcétera) la vibración específica que ayude a equilibrar los aspectos manifestados.
Por ejemplo, si alguien padece de insomnio, es importante saber la causa que “le quita el sueño”, las razones psicoemocionales. Pero también, puede existir una razón orgánica. No importa cuál sea el origen, pues ya está manifestado energéticamente y orgánicamente. La ayuda con estímulos vibracionales podrá contribuir a equilibrar esos aspectos y unido al trabajo propio de la Consciencia, se puede solucionar de forma integral. Al final, funcionamos de forma holística.
Todo tiene una relación psicológica, emocional y espiritual, aunque aparente solo ser orgánico. De esta forma, como lo mencionamos al inicio del texto, las partes más sutiles son las raíces y los padecimientos las ramas.
Parámetros Energéticos para la Comprensión de la Salud
A nivel energético y desde la perspectiva de su naturaleza, existen diversas cuestiones que definen a la salud.
Nivel de Energía
Cada uno de nosotros debemos tener la cantidad óptima de energía para realizar nuestras funciones. Ésta, muchas veces se encuentra baja por distintas circunstancias relativas a su distribución, por fugas o por algunas cuestiones que nos disminuyen. También, el exceso de energía puede presentar irregularidades en nuestro organismo y en cada una de nuestras dimensiones. Este exceso puede reflejar a nivel orgánico inflamaciones. A nivel mental, se puede producir por “sobre pensar” o el mismo nerviosismo nos genera un exceso.
Distribución de la Energía
La correcta distribución de la energía en cada aspecto y área de nuestra vida, nos hará rendir de forma más eficiente. Muchas veces, algunos puntos específicos requieren mayor concentración de energía para poner a este sistema, órgano o aspecto en equilibrio.
Simetría de la Energía
La cantidad de energía empleada con armonía en nuestras partes (izquierda y derecha) a nivel orgánico y también a niveles más sutiles, como el plano mental que también está sujeto a las lateralidades: consciente e inconsciente. En el plano más espiritual, la forma que empleamos nuestra energía entre nuestro mundo interior y mundo exterior.
Equilibrio de la Energía
La consideración de las fuerzas contrarias (internas y externas) a las que estamos sujetos para el funcionamiento regular de nuestro organismo, mente, emociones y de forma espiritual. Es la consecuencia de la dinámica de la energía que, al realizar ajustes de todo tipo para preservar y recuperar el funcionamiento regular, puede presentar desequilibrios.
Esto define la calidad de salud de una persona, desde un enfoque energético. Son muchos los factores que definen el funcionamiento regular de nuestro ser. De la gran mayoría de ellos somos inconscientes, no obstante, nuestros hábitos (alimenticios, emocionales, mentales, espirituales) reflejan el estado de salud o son partícipes directos del bienestar o malestar.
La Salud desde la Perspectiva Psicoemocional
Las emociones y los pensamientos en equilibrio, nos entregan la calidad de vida y la capacidad de disfrutar el proceso de la misma.
El autoconocimiento
La consciencia corporal, emocional y mental es necesaria para saber conducirnos; saber nuestras reacciones automáticas y nuestras tendencias psicológicas nos dará un mapa que puede explicar la forma en que percibimos la vida. Este punto de partida ayuda a realizar los ajustes necesarios psicoemocionales.
Gestión emocional
La comprensión del funcionamiento de nuestras emociones y los mecanismos personales adaptativos, nos ayudarán a reequilibrarnos emocionalmente.
Psico-higiene
El cuidado y mantenimiento de los pensamientos, reflexiones, afectos, y otros aspectos psicológicos, que puedan ampliar nuestra experiencia y purificar nuestros pensamientos y actitudes.
La Salud desde una Perspectiva ligada a la Consciencia
Son muchos los factores involucrados en el funcionamiento general de nuestro ser. Mencionaré algunos muy relevantes para estar en equilibrio. Esto puede estar dentro del ámbito espiritual y filosófico.
Apertura a Nuevas Situaciones
A nuestros inferiores (ego, emociones, costumbres, creencias, etcétera) les gusta las situaciones que ya conocen e intentan continuar en la vida de la manera en que la conciben. Los terrenos conocidos generan un confort que está en contra del desarrollo de nuestro ser, de aquí la importancia de estar abiertos a vivir nuevas situaciones.
Aprendizaje Constante
A lo largo de la vida, la apertura a nuevos conocimientos nos conducirá a desarrollarnos profundamente, conocernos mejor a nosotros mismos, a nuestro entorno y saber nuestro lugar.
La apertura a nuevas situaciones y el aprendizaje constante nos darán flexibilidad y esto evitará que generemos resistencias.
El Sentido de la Vida
Cuestionarnos a cada momento el sentido de nuestra vida, sobre todo, cuando vivimos situaciones difíciles, tratar de preguntarnos el propósito de esas experiencias. Y así, adquirir el conocimiento de cada situación que vivimos, bien puesto nuestro espíritu en su trascendencia.
La búsqueda del bienestar y la salud es un camino que nos conduce a través de aprendizajes importantes para nuestra trascendencia. Es una oportunidad para nuestro crecimiento y desarrollo de los niveles más profundos de nuestro ser.
La Consciencia y Energía son los elementos primordiales o esenciales de la vida. Cada momento de nuestra vida es una oportunidad de meterlos en nuestra ecuación, para ampliar nuestra comprensión y ser capaces de gozar nuestra existencia.
La Relación Armónica
El equilibrio es la correcta relación entre nuestro mundo interior y nuestro mundo exterior. Entre nuestros Pensamientos, Sentimientos y Actitudes. Entre nuestros aspectos profundos y los más visibles. Entre el Yin y el Yang. Entre Biná y Jojmá. Entre el Espíritu y la Materia. Nada de esto está separado. Solo nuestro Ego lo percibe así.
Equilibrarse y lograr una relación armónica es aprovechar con cada experiencia que vivimos, la oportunidad de sentir la no separación entre las aparentes e ilusorias fuerzas contrarias. La Integración.
Lee nuestra entrada sobre la Energía Humana