El diablo está representado en su carta por un sátiro, una criatura mitad hombre y mitad cabra. Los sátiros son criaturas alegres y pícaras, aunque su carácter desenfadado y festivo puede volverse peligroso e incluso violento. Como criaturas dionisíacas, son amantes del vino, de las mujeres y disfrutan de los placeres físicos. El diablo es el sátiro catolizado, pero también hace la función de chivo expiatorio al que culpamos de nuestros problemas en la vida. El diablo se puede ver como los placeres del cuerpo llevados al extremo, como el miedo a lo desconocido, como lo malo en las personas.