La medicina natural siempre ha estado presente en la historia del hombre; existe mucha evidencia de esto. Toda cultura madre (china, india, mesopotámica, egipcia, anahuaca) entendió que la salud significaba estar en armonía con la naturaleza, sus leyes y sus ciclos.
Esto nace de la perspectiva filosófica de ver al planeta tierra (nana Tonantzin, Gaia, Pachamama, Gea) como una madre y a nosotros como sus hijos. De esta manera, ella proveía lo necesario para nuestra alimentación, seguridad y salud a través de los elementos, las plantas y los animales, y a su vez, nosotros respetábamos y cuidábamos también de ella.
Miles de años más tarde, tenemos la evidencia de esto a través de la medicina tradicional china, la medicina ayurvédica y la medicina tradicional anahuaca (de los pueblos originarios del continente americano); conocimiento vigente, que sigue siendo aplicado en el presente en sus regiones, y en los últimos tiempos, de manera global en el mundo.
El gran conocimiento de nuestros pueblos ancestrales, ha sido transmitido mayormente de manera oral. La utilización de las plantas para tratar padecimientos no es la excepción. Podemos darnos cuenta de ello, a través de la leyenda de Yolloxochitl (flor del corazón).
En esta leyenda, se habla de una mujer hija de un gobernante anahuaca, que fue perseguida por los invasores, huyendo hacia la montaña, para nunca más volver a ser vista. Con el pasar del tiempo, en ese mismo sitio donde ella se refugió y murió cansada de la persecución, un buen día, tras largo tiempo de buscarla, su padre lloraba afligido a un lado de un matorral de flores, del cual surgió la voz de su hija consolándolo y diciéndole que ella ya estaba bien. Dicho matorral, es la flor del corazón, conocida también popularmente como la planta que cura la tristeza.
Hoy en día, desde la ciencia, se sabe que la flor del corazón o Yolloxochitl (Magnolia mexicana) ayuda a tratar padecimientos cardiacos, es un excelente tónico para el corazón y tiene propiedades para tratar la depresión.
También existe el códice de la Cruz-Badiano, que es un herbario hecho al redor de 1550 de nuestra era común, en donde se plasma el conocimiento de un curandero anahuaca llamado Martín De la Cruz. El resultado fue un herbario de corte medieval, de estructura similar a los herbarios antiguos de Europa, pero con estilo pictórico y palabras que, por proceder de la cultura náhuatl, son completamente originales y distintas a las que podemos encontrar en ningún otro texto de los muchos escritos con el mismo propósito. Este Herbario, cuyo verdadero título es Libellus de Medicinalibus Indorum Herbis, constituye para la historia médica de México una de las más importantes y menos contaminadas fuentes de información. (Dr. Juan Somolinos Palencia. Jefe del Departamento de Información Biomédica del Instituto Mexicano del Seguro Social. Miembro de la Academia Nacional de Medicina y de la Sociedad Mexicana de Historia y Filosofía de la Medicina).
La misión de todos los que nos dedicamos a dar un servicio de salud basado en la utilización de plantas medicinales es unificar conceptos, estandarizar el empleo de la herbolaria, desde la dosificación y la duración de los tratamientos, hasta compartir los resultados obtenidos, debido a la gran diversidad de técnicas y presentaciones que existen en el mundo.
Son muchas las formas de emplear las plantas medicinales: tés, tisanas, decocciones, cataplasmas, ungüentos, y un largo etcétera. Todas esas maneras de recibir el beneficio de las plantas, han sido utilizadas a lo largo de la historia del hombre y son muy eficientes.
Si bien, la farmacopea mundial es nutrida en un alto porcentaje por plantas, la herbolaria se está ganando su lugar en la ciencia. Centros de investigación, laboratorios y universidades, en las últimas décadas han investigado a fondo las plantas medicinales ancestrales, confirmando su eficacia en un alto porcentaje de los casos. El conocimiento ancestral, de la mano de la ciencia moderna.
La medicina natural ha sido la medicina del pueblo, de la gente, de las comunidades. Es económica y efectiva. Se ha empleado por curanderos, madres de familia y abuelos. Sigue siendo al día de hoy la curación de millones de personas alrededor del mundo. En cada región del planeta y sus ecosistemas, hay plantas que benefician a la salud y personas con conocimiento de ello.
Para nuestras generaciones presentes, inmersas en la incertidumbre de los tiempos y viviendo las consecuencias del divorcio con la naturaleza, es urgente recuperar el conocimiento ancestral de las plantas medicinales. Ha mayor conciencia mayor capacidad de recobrar la salud. Al final, quién no ha tomado un té de manzanilla como calmante o un té de menta para aliviar el dolor estomacal.
Te aconsejamos conocer las plantas de tu región, visitar el mercado local y tratar de documentarte bien con la floreciente cantidad de libros de plantas medicinales y sitios web con información relacionada a esta materia.
La curación está en la naturaleza, en nuestros campos, en los mercados locales y en los jardines y los patios de nuestras casas.
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