Cada que se abre un camino de redención se abre uno de perdición y viceversa. El universo es dual. Una de las más grandes mentiras de la new age es la afirmar que la dualidad solo existe en nuestra mente y que todo fuera de este plano es luz y amor. Esto no es sino la adaptación a nuestros tiempos del mito del paraíso, mismo que representa una fuente esperanza para las masas que duermen el sueño de la inconsciencia.
Así como existe una fuente creadora de toda manifestación de luz que existe en el universo (o multiverso si se prefiere llamarlo así), también existe una fuente de oscuridad con las mismas capacidades creadoras y la misma necesidad natural de expansión. Cada una lo hace a su manera y bajo los parámetros que determina de acuerdo a su esencia.
El equilibrio es una ley universal representada con un símbolo mundialmente conocido: el ying-yang. La luz y la oscuridad se manifiestan en todo lo que existe. La luz predomina en quienes provienen de esa fuente, pero siempre hay una parte de oscuridad que puede expresarse en cualquier momento, y viceversa. Es un error creer que tu fuente de origen determina tu ser. En realidad es tu hacer lo que determina lo que eres. Y lo que rige tu conducta es tu conciencia. Quizás de lo que se trata la existencia es de probar ambas caras de la moneda y definir en cuál quieres estar.
Esto no es tan fácil como decir que eres o que quieres estar en un lado o en el otro. Son tus elecciones, tus decisiones y tus actos cotidianos los que hacen que se manifieste y se fortalezca la luz o la oscuridad en ti. En concreto, son tus acciones las que te definen no tu naturaleza.
Al margen de ello, siempre coexisten dos posibilidades que corren de manera paralela. Tomemos como ejemplo el 2020: de pronto surgió una situación que generó miedo, ansiedad, inseguridad, impotencia, enojo, desesperación y toda suerte de pensamientos, emociones, sentimientos y conductas de baja vibración, es decir, oscuras. Es absolutamente natural que un evento así despierte estas reacciones psicoemocionales en los seres humanos. Así fuimos creados. Pero una vez que se toma conciencia de lo que se piensa y de lo que se siente, se puede elegir cómo enfrentar la situación. Puedes hacerlo desde la oscuridad o desde la luz. Pensamientos negativos, generan emociones negativas y éstas producen conductas negativas, y viceversa.
Es lo que haces lo que determina lo que eres. De nada sirve que digas que estás tranquilo y confías en que todo va a estar bien, si por dentro eres un mar de ansiedad y tu conducta es reflejo de ésta. En este caso te gobierna la energía negativa, la oscuridad, sin importar si tu origen es la luz. Y tu conducta fortalece la oscuridad en tu interior aunque tú sigas convencido que eres amor y paz, “decretando” cosas positivas como aprendiste en El Secreto, con tu dieta vegana y haciendo yoga todas las mañanas.
De igual forma, cada que comienzas algo debes estar consciente “desde dónde” estás tomando la decisión, si el origen de ésta es la luz o la oscuridad, es decir, la conciencia o el ego. Pero cuidado, los humanos somos expertos en el arte del autoengaño y nos dejamos manipular por la oscuridad que utiliza nuestras carencias, nuestras heridas y nuestros anhelos más profundos para hacernos creer que deseamos o necesitamos tal o cual cosa, experiencia, persona o actividad en nuestra vida. Eso siempre termina en tragedia porque “vendes” tu voluntad a la oscuridad a cambio de placeres mundanos por muy elevados o cargados de buenas intenciones que parezcan.
Siempre hay un camino alternativo al que vas andando. Cada que comienza un ciclo de luz, comienza uno de oscuridad y viceversa. La Nueva Era representa un nuevo amanecer para quien se sintoniza a través de sus acciones con esa energía de luz. La humanidad se sume cada vez más en la oscuridad y cree que de pronto todo se va a iluminar porque los astros, porque la Era, porque el mesías o porque la manga del muerto. La Tierra está plantada bien firme en un camino de oscuridad y no lo sacarán de ahí ni una fecha en el calendario ni un evento astronómico. En todo caso hubieran sido las acciones de la humanidad quienes podrían haberlo hecho pero eso ya no va a suceder. Las masas, sin importar su origen, cayeron en el juego de la oscuridad y conscientes de ello o no, fortalecieron esa energía en su interior que hoy gobierna su voluntad y determina su destino.
Es una decisión meramente individual salirse del camino de oscuridad que gobierna la realidad en este plano y sintonizarse con el de luz que hoy renace en el resto de la galaxia. La luz llama a la luz pero solo hay una manera de responder al llamado: viviendo desde la luz, es decir, tomando conciencia de las decisiones y elecciones que realizamos, y reafirmándolas con la conducta. Solo quien vive en la luz es luz, el resto no es como todos los políticos y religiosos que dicen una cosa pero hacen otra. Al final alguien se va a la cárcel por lo que hace, no por lo que piensa, siente o dice. Si lo que quieres es salir de aquí tienes que hacer lo que tienes que hacer. Y por más oscuro que se vea el panorama en donde te encuentras, confía en que siempre hay un camino paralelo donde las cosas son diferentes. Deja que tu conciencia te dirija a él y da los pasos con la firmeza de quien sabe que no hay oscuridad que pueda detener a la luz.
Solo me queda la enorme duda de qué queda de futuro una vez se establezca ese nuevo paradigma: el Transhumanismo.
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