Al final del Artículo encontrarás una Meditación con Frecuencias Solffegio y Ondas Theta descargable para Identificarnos con el Corazón.
En medio del caos del mundo moderno, la apuesta consciente es identificarnos con nuestro corazón. Ahí donde habita el verdadero Ser, más allá de los condicionamientos. Allí donde se encuentra el organismo: la naturaleza humana; alejados de la mentira de la “máquina” y la robotización contemporánea. Justo ahí donde habita el alma.
La realidad que percibimos está dictada por nuestra mente. A través de ella percibimos la vida. Pero la mente tiene filtros que alteran o modifican lo que observamos. Creencias, costumbres, la historia personal, lo cultural, el inconsciente colectivo, el espíritu de la época y un largo etcétera, que determinan la forma en la que vemos el mundo.
Además, las emociones también son responsables de la percepción. El sistema mental y emocional están íntimamente ligados. Los estímulos externos e internos nos generan pensamientos que, a su vez, se traducen a emociones que dan nuestra actitud (los actos en la vida).
Vivimos estacionados en estos dos campos de percepción (mente y emociones). Nos identificamos mayormente con estas dos aristas. Pero, no sólo somos nuestros pensamientos y lo que sentimos, como tampoco somos solo cuerpo físico. Más allá de esto se encuentran otras dimensiones para interpretar la vida: La consciencia y el corazón (que algunos ven como sinónimo).
La puerta a la trascendencia se encuentra en el corazón, en ese punto de tu pecho donde te señalas para decir “Yo” y donde comienzas a percibir que no hay separación entre el mundo exterior y el interior, entre las demás personas y tú, y, sobre todo, entre tú y el Universo o Dios.
El “Yo” de esta forma se anula y pasa solo al terreno psicoemocional limitado a sus acciones necesarias para la supervivencia en nuestro mundo. El “Ser” es Uno con el Todo.
Descarga o escucha esta meditación guiada con frecuencias binaurales e isocrónicas para Identificarnos con el Corazón:
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