Entre el vacío de los tonos sutiles,
la sinfonía con silencio esconde una luz
que resiste y regresa con esplendores visibles.
Dijo: Me cubren de instantes sin tiempo, pero nunca preso, recuerdo y espío siempre donde yace la cruz.
Tras mi voz en mis tronos sentencio:
«Regreso y me elevo sin imposibles, y si no debo, sin más, ilumino hasta el último recóndito rincón de la creación»