Hablábamos sobre las tres dimensiones que debes tomar en cuenta para entender tu naturaleza: la tercera dimensión que corresponde al cuerpo físico, la cuarta que vendría siendo eso que se llama comúnmente alma y la quinta que se conoce con el nombre de espíritu. Escapar de la prisión planetaria implica la reunificación de estas tres energías. Primero la energía de la tercera se integra a la de la cuarta dimensión una vez que el cuerpo físico expira. Éstas dos energías que ahora forman una sola deben superar la prueba final antes de abandonar este plano. Una vez consumado el escape, esta energía unificada se integra de manera definitiva al ser del que proviene, y no, no se trata de ningún ser superior ni de una fuente creadora, sino de su propio espíritu que habita en la quinta dimensión. Este ser está conformado de energía y por lo tanto es inmortal. Es un ser en constante evolución como tú o yo y llegará el momento en que regrese a la fuente de la que proviene, pero eso no es algo de lo que tengamos que ocuparnos ahora. En este momento tenemos que estar concentrados en las tres dimensiones mencionadas y la manera de reunificarlas.
Tener conciencia de la prueba final que hemos de enfrentar al morir, resulta fundamental para concretar el regreso a casa. Una equivocación en esta última fase tendría consecuencias funestas. Veamos en qué consiste:
Cuando el cuerpo físico muere, se desprende la energía que hay en su interior. La manera de morir influye en el destino del cuerpo energético que lo habita, pero no es determinante para evitar o favorecer la salida de este plano. Por ejemplo, algunos tienen una muerte inesperada o violenta y su energía suele quedarse cerca del cuerpo físico sin vida tratando de entender lo que sucede. Otras tienen algún apuro o una responsabilidad que les impide trascender y se quedan atoradas en este plano de la materia. El caso de estas “almas en pena” es muy particular, ya que estas se quedan atoradas en este plano a vivir su sufrimiento eternamente. En ese caso, el cuerpo de cuarta dimensión “pierde” esa parte de su energía, misma que sigue alimentando a sus captores con su sufrimiento. La mejor manera de entender la expresión “pierde parte de su energía” es imaginar que te vas de viaje pero uno de tus dedos se queda en donde vives actualmente. Un ejército que regresa a casa tras la guerra nunca regresa completo, siempre hay bajas de por medio. El soldado que se va nunca es el mismo que el que regresa.
Entonces, ¿si una de mis encarnaciones anteriores no logró trascender y quedó “en pena” puede ser un impedimento para salir de aquí? La respuesta es no. Lo más probable es que algunos de los humanos que encarnaste anteriormente quedaran atrapados por alguna circunstancia, sin embargo no son ellos quienes tienen que salir de aquí, esa es tu responsabilidad exclusivamente. Esos “ancestros” tuyos se quedarán aquí y casi nada se podrá hacer por ellos una vez que mueras. Por lo tanto, resulta fundamental que no te atormentes con lo que pudiera haber ocurrido en el pasado y centres toda tu atención en el presente y en trabajar duro para alcanzar el mayor nivel de conciencia posible que te permitá llegar fuerte y despierto al momento de tu muerte.
A mayor conciencia, mayores posibilidades tendrás de tomar las decisiones adecuadas para salir de aquí. La primera de ellas es no entrar en pánico. Estás muriendo como decenas, cientos y hasta miles de veces antes. En algún lugar de tu mente inconsciente está almacenada esta información. Ahora no lo recuerdas pero confía en ti, has recorrido ese camino en muchas ocasiones y necesitas estar tranquilo para poder elegir correctamente el siguiente paso que darás.
Mucho se ha hablado de un túnel de luz que se presenta ante ti al momento de morir. Bueno, pues bajo ninguna circunstancia se te ocurra seguirlo. En ese momento tienes que detenerte y no ir a ningún lado hasta estar bien seguro de lo que sientes. Sí, el sentir será tu mejor herramienta para identificar si esa luz es realmente luz o solo es un engaño, una especie de holograma. ¿Has entrado a algún lugar en donde se perciba una energía densa y pesada? Aunque incluso puedas sentirla en el cuerpo, no es con los cinco sentidos con lo que la estás percibiendo la baja vibración en la atmósfera de ese sitio, sino con tu conciencia. Pues de igual manera, cuando te encuentres frente a ese túnel de “luz” tendrás que detenerte y sentir la energía que transmite esa luz. Ellos pueden engañarte con lo que ves, pero no con lo que sientes.
De manera paralela se presentará ante ti un personaje que hay sido trascendente en tu vida: un ángel, un maestro, tu madre, un abuelo, una figura religiosa o cualquier ser que para ti represente algo importante. Te va a decir que tu momento llegó y te estaba esperando para que lo acompañes al lugar a donde perteneces. ¡Cuidado, es un engaño! Ni es quien dice ser, ni te llevará a donde debes estar. Detente no lo sigas, siéntelo. En ese plano podrás percibir con notable facilidad la naturaleza de cada ser con el que te cruces, pero es vital que estés tranquilo y confiando en ti en todo momento. Con firmeza comienza a repetir “yo soy amor, yo soy amor” y verás la verdadera cara del ser que está intentando convencerte de seguirlo. Una vez desenmascarado tendrás que plantarte firmemente en el amor, sin sentir miedo de lo que puedas estar viendo delante de ti. Esa entidad tratará de asustarte y tu miedo la fortalece. Mantente firme repitiendo “yo soy amor, yo soy amor” hasta que aparezca el ser que te ofrecerá sacarte de aquí. No lo sigas sin antes sentirlo. Si te reconoces en él o si percibes su vibración alta, síguelo, reintégrate y disfruta del viaje de regreso a casa. Si no, aguarda con paciencia, confianza y amor hasta que aparezca. Lo hará, puedes estar seguro de ello. Pero antes tienes que elegir. Tu voluntad y libre albedrío son sagrados, de manera que si caes en los engaños no habrá manera de rescatarte posteriormente. De ahí que mientras mayor sea tu conciencia al momento de morir, más despierto estarás para tomar el control de la situación, sentir, plantarte firme en el amor y elegir adecuadamente.
¿Qué pasará una vez que salgas de aquí? Te reintegrarás a tu Yo de quinta dimensión y pasarás a ser parte de su energía. Sé que no se escucha suficientemente atractivo y sexy como el “más allá” que pregonan las religiones y la new age, pero créeme: valdrá la pena todo el esfuerzo, la persistencia y los sacrificios que hagas por mantener tu luz encendida, por continuar encontrándote a ti mismo y por no dejarte comprar en lo que llega el momento de dejar el cuerpo físico. Piensa en toda la experiencia que le aportarás a tu Yo original cuando te reintegres a él. El salto cuántico que dará en su proceso evolutivo será alucinante y no alcanza la mente humana para comprender la inmensa recompensa que obtendrás de ello.
Así que ya lo sabes, quien trabaja duro en su interior expande su conciencia. Solo quien tiene una vida consciente, aspira a una muerte consciente. Y solo quien llega a ese momento bien despierto es capaz de superar la última prueba y elegir adecuadamente. Nadie, absolutamente nadie lo va a hacer por ti. Así es que ya lo sabes, es mucho lo que está en juego en lo que te resta de vida. Está en ti ponderar si vale la pena distraerse con lo mundano o arriesgarte a perderlo todo a cambio de placeres efímeros.
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