Fue entonces cuando convocó el consejo de La Casa de la Medida (calmécac) a una asamblea con todos los miembros de la institución, incluidos los estudiantes. El Rector entonces tomó la palabra y dirigiéndose a los jóvenes:
-Escuchen con atención, águilas y jaguares, abran las alas de su entendimiento y de su percepción. Amadas piedras preciosas, bellas plumas de quetzal, flores bellas y olorosas de nuestro más preciado jardín. Escuchen con atención, abran su mente, abran su corazón.
Esta humilde Casa, ha sembrado en su piedra preciosa, lo mejor de nuestro pueblo, lo mejor de nuestros muertos. Ahora grandes personas tienen atesorado en su pecho. Las cuales sustentan la tierra y el cielo con su doctrina y su ejemplo. Sus amorosos y responsables maestros, han abierto en su presencia los cofres y las cajas donde están guardadas las riquezas de nuestro pueblo, donde está guardado y custodiado el tesoro que nuestros Viejos y Sabios Abuelos toltecas nos legaron; sus palabras, sus consejos.
Y ya que se les ha concedido la dicha de conocer la cara oculta, de la sabiduría de nuestros antepasados. Es más grande su responsabilidad; con el pueblo, con los Viejos Abuelos, pero fundamentalmente con «El por quien se vive, El Invisible el impalpable» y por supuesto, con ustedes mismos.
Por ello, están obligados a guardar y cumplir estrictamente todas las enseñanzas que aquí se les ha dado, en favor de nuestra comunidad, porque con esto, asegurarán su mantenimiento.
Ahora saben que todo ser humano tiene una responsabilidad intrínseca por el mismo hecho de existir. Que solo estamos por breve tiempo aquí, que todos estamos en camino de nuestra verdadera casa. Que la materia no puede ser salvada más que por su propia muerte, a través de La Batalla Florida y el fuego liberador del sacrificio, que desprende la energía espiritual, que busca su condición celeste y su origen divino… ¡el alma cósmica!
Ahora tendrán que ir al mundo de afuera y poner en práctica lo aprendido. El servicio a la comunidad les dará la oportunidad de llegar «Al Agua Quemada», estar en el centro de la lucha de los contrarios y buscar el equilibrio. El agua y el fuego son elementos contrarios…y complementarios, porque solo el fuego libera al agua de su destino terrenal y si se logra quemar», el agua se libera de su destino y se eleva convertida en vapor, en busca de su origen celestial.
Queridos jóvenes; águilas y jaguares, plumas y piedras preciosas, frutos florecidos de nuestra humilde Casa. Ha llegado la hora de servir a su pueblo. Unos lo harán en el gobierno, otros en la administración y otros más en la religión. Cualquiera que fuera su destino, deben actuar con rectitud, sobriedad y honradez. Todos los ojos del pueblo estarán puestos sobre ustedes. No pueden desviarse del camino ni un solo dedo. El pueblo necesita quien los organice y dirija; por ello el pueblo necesita confiar y respetar a sus dirigentes. Si esto no sucede, porque sus dirigentes se corrompan, se envicien o se olviden de sus responsabilidades de servir por el bien público; el pueblo se destruye, se corrompe, se desintegra. No olviden que el bien público más valioso de la comunidad es el gobierno. Recuerden mandar obedeciendo.
Servir es la virtud más difícil de la vida. Pero servir con poder, sin abusar de él, sin servirse de él; representa el desafío más grande del hombre. El poder marea y destruye al hombre hueco, pequeño y débil. El poder es uno de los enemigos a vencer y tal vez de los más peligrosos. Amados y queridos hijos nuestros, esperanza del mañana, del Sol y de nuestros huesos; abran su corazón y su entendimiento… ¡El hombre verdaderamente poderoso, es el que no desea nada!, porque ha llegado al dominio completo de sí mismo, de sus pasiones y debilidades. El vencedor de la guerra florida no quiere, no desea nada de «nuestro mundo»; cualquier cosa «de las nuestras», es mucho para él. Para el inmaculado guerrero; solo flores, solo cantos, en medio de su Batalla Florida.
Hoy en la noche el Supremo Consejo del pueblo se reunirá en privado, con el Consejo de nuestra institución. Ahí se analizará quienes de ustedes ya están florecidos, quienes de ustedes ya tienen en su pecho la semilla del fruto, que será el sustento del pueblo. Sus maestros y su tutor analizaran con el consejo, sus posibilidades para servir mejor. Cualquiera que fuera su destino, cúmplanlo con eficacia y eficiencia… con una lujuria callada por ser lo mejor de ustedes mismos. Sin miedo, ambición, ni obsesión.
Mañana inicia la etapa más importante de su vida. Así que retírense a descansar y no se preocupen durante la noche, que tendrán toda una vida para ocuparse…buenas noches.
Tomado de:
«Daany Beédxe el espíritu del guerrero» de Guillermo Marín