“Hay que intervenir el accidente de la naturaleza para la creación humana.
El porvenir de mi entereza como un ente del que emana todo y nada sobra.
En este pequeño espacio
donde se planea el curso del universo,
desde el vacío de mi diseño, inmerso he de vivir mi obra…
…Y navegar en tu silueta,
qué vasto el universo, en una vuelta de reverso hacia la cuesta.
Despegar entre tus ojos que encienden al gran poeta.
Abriendo los cerrojos con palabras a las puertas
de tu boca, donde yace el mundo entero
de la última fracción, en la escala divina provocaste una canción.
Sobre una tela fina entre círculos haciendo vínculos, pues invocaste
a través del cielo en cuerpo,
al eterno que trasciende el tiempo.”