Los mexicanos somos hijos de una de las civilizaciones más antiguas y con origen autónomo del planeta. Más de 8 mil años de Desarrollo Cultural nos respaldan. El logro de este prodigio humano, ha sido posible gracias a que contamos con una cultura de calidad total.
En efecto, si hoy hemos heredado el inconmensurable patrimonio cultural, que nos es reconocido a nivel mundial, es porque todo cuanto hicieron nuestros ¨Viejos Abuelos¨, sigue vivo y presente en el México de finales del siglo XX.
Las maravillosas zonas arqueológicas, la cantidad de museos y piezas arqueológicas que se guardan en los más importantes museos del mundo, han podido sobrevivir, gracias a que fueron creadas con CALIDAD TOTAL. No sólo por su calidad estética, sino porque por la calidad en su manufactura, sea esta una pirámide, una estela, una fina pieza de oro, obsidiana, madera, pluma o un textil, han sobrevivido cientos de años y en algunos casos llegando a ser milenios enteros.
Nuestros Viejos Abuelos nos enseñaron a hacer las cosas bien hechas, no sólo en lo material. En efecto, tal vez lo más importante es el espíritu que mueve y transforma a la materia. Los valores humanos que hemos heredado y de los cuales somos, en muchos de los casos, portadores inconscientes.
Los valores éticos, morales, místicos y sociales, que conforman a la sociedad mexicana del presente, en la gran mayoría de los casos vienen de nuestro lejano pasado. Por ejemplo: los valores y tradiciones que estructuran a la familia mexicana, no son españoles, ni sajones o franceses. Lo mismo podríamos mencionar a en lo referente a nuestra alimentación, medicina tradicional o educación familiar.
La CALIDAD TOTAL, está presente en muchas de las actividades de la vida cotidiana de los mexicanos. Tal vez lo más importante es la misma sobrevivencia de nuestra cultura, a pesar de que durante los últimos quinientos años ha sido tratada de borrar. La negación e injusticia en la que han vivido nuestra Cultura Madre ha podido sobrevivir, gracias a la CALIDAD TOTAL con la que ha sido construyendo a través del tiempo y que, a pesar de los pesares, sigue viva y vigente, representando lo más sólido y firme, lo único que es ¨propio nuestro¨, lo más precioso y paradójicamente, lo más desvalorizado.
Simplemente, para que el amable lector, pueda dimensionar el concepto, se imagina que sería de los mexicanos, sin el maíz y la tortilla.
Y yo puedo reconocer que, no obstante, despues del gobierno de De La Madrid se inicio un proceso de estandarizar nuestra milenaria tradición y cultura multiétnico a un agringamiento que poco a poco ha invadido a nuestra juventud.