En respuesta a la estandarización emocional global de nuestros tiempos:
Lo primero es comentar que las emociones son respuestas fisiológicas adaptativas a las circunstancias que estamos viviendo, y por tanto, no son negativas ni positivas, a pesar de que las nuevas tendencias señalen lo contrario. Lo improductivo de ellas son los desequilibrios.
Existen las Emociones Instintivas y las Emociones Psicológicas. Lo infructífero de la humanidad moderna, sobretodo en el occidente, es que no hacemos diferenciación entre estos dos niveles. Ambos están identificados: Cuerpo y Ego.
Hablando del Miedo, la emoción que en estos momentos se está frecuentando de manera global, es importante hacer ciertas observaciones.
El Miedo Instintivo es una emoción necesaria para sobrevivir. Librar los peligros, decidir conscientemente a qué lugares ir, cuidarnos, qué hábitos procurar, etcétera. Esto ocurre a través de una serie de sensaciones de angustia, tensión y ansiedad que ayudan a alejarnos de aquello que nos resulta amenazante para nuestra supervivencia.
El Miedo Psicológico también es un mecanismo de conservación, para evitar esos estados de depresión, esos lugares improductivos de nuestra psique. Pero esto es ciertamente engañoso, pues muchas veces también tenemos miedo de ver a nuestra propia sombra. Tenemos miedo de ir a nuestro interior o a dejarnos llevar por los pensamientos, sea a donde sea que nos puedan conducir.
En algunas ocasiones el Miedo Instintivo nos lleva al Miedo Psicológico, y es ahí donde puede desequilibrarse o salirse de control, pues como en cada aspecto de la naturaleza humana, el equilibrio es el estado óptimo del Ser. Entonces, el miedo paralizante es improductivo, al igual que la negación de éste (la imprudencia), pues nos llevan a decidir de forma errónea, al malestar, e incluso al sufrimiento. Todo esto es determinado por el bagaje individual y colectivo del ser humano.
También existen los miedos fabricados por el sistema en el que vivimos; uno muy claro es el miedo a las situaciones desfavorables económicas, y otro a gran escala, aquello que se promueve desde los gobiernos y los medios de comunicación, que nos ha formado una realidad en donde vivimos en alerta: conflictos, guerras, miseria, injusticias, y un largo etcétera.
Enfatizo: el Miedo no es malo ni bueno; más allá del dualismo, es parte de la realidad interior humana; tiene una utilidad y una finalidad. Todo proceso emocional conduce a algo, y es muchas veces el miedo nuestro guía.
El Miedo en Desequilibrio reduce, limita y distorsiona nuestra percepción de la realidad. Nos hace fácilmente moldeables y en la necesidad de cubrir esa ignorancia, nos causa que nos aferremos a cualquier idea (por más absurda o desproporcionada que sea) que nos dé una explicación de los momento que estamos viviendo.
Con el objetivo de ampliar la interpretación de estos momentos que estamos viviendo, a continuación, transcribo algunos textos con las enseñanzas de estos grandes hombres de conocimiento, hablando acerca del miedo en distintos contextos y épocas, pero que nos hacen entender que es parte de la realidad humana, y esto los vuelve atemporales. (Me disculpo por la selección variopinta)
MIEDOS – IDENTIFICACIÓN, George Gurdjieff (1917)
Algunas veces el hombre se pierde en pensamientos que dan vueltas y que regresan una y otra vez a la misma cosa, al mismo desagrado, que él anticipa y que no sólo no acontecerá sino que no puede suceder en realidad.
Estos presentimientos de futuros desagrados, enfermedades, pérdidas y situaciones difíciles, a menudo se adueñan de un hombre a tal punto que se convierten en un soñar despierto. La gente deja de ver y oír lo que realmente pasa, y si alguien logra probarles que sus presentimientos y miedos eran infundados en un caso particular, hasta sienten una cierta desilusión, como sí así fueran privados de una agradable esperanza.
Muy a menudo un hombre que lleva una vida culta, en un medio culto, no se da cuenta de cuán grande es el papel que los miedos desempeñan en su vida. Tiene miedo de todo: miedo de sus sirvientes, miedo de los niños de su vecino, del portero en la entrada, del vendedor de periódicos de la esquina, del chofer de taxi, del dependiente de la tienda, del amigo que ve en la calle y al que trata de adelantarse discretamente para pasar inadvertido. Y a su vez, los niños, los sirvientes, el portero, etcétera, tienen miedo de él.
Esto es así en tiempos ordinarios y normales, pero en tiempos tales como los que estamos atravesando ahora, este miedo que penetra todo se vuelve claramente visible.
No es una exageración decir que una gran parte de los sucesos del año pasado, están basados en el miedo y son resultados del miedo.
El miedo inconsciente es un rasgo muy característico del sueño.
El hombre es poseído por todo lo que lo rodea, porque nunca puede mirar con suficiente objetividad su relación con su medio ambiente.
Nunca puede hacerse a un lado, y mirarse a sí mismo junto con todo aquello que lo atrae o lo repele en el momento. Y a causa de esta incapacidad está identificado con todo.
Esto también es un rasgo del sueño.
Usted empieza una conversación con alguien, con el propósito definido de obtener alguna información de él. Para lograr este propósito, nunca debe dejar de observarse, de recordar lo que quiere, de hacerse a un lado, y mirarse a sí mismo y al hombre con el cual está hablando.
Pero no lo puede hacer. Nueve de cada diez veces se identificará con la conversación, y en vez de obtener la información que quiere, se encontrará diciéndole cosas que no tenía la intención de decir.
La gente no tiene idea hasta qué punto es arrastrada por el miedo. Este miedo no es fácilmente definible. En la mayoría de los casos es miedo a situaciones embarazosas, miedo de lo que otro pueda pensar. Hay momentos en que este miedo se vuelve casi una obsesión…
FRAGMENTO DE “LAS ENSEÑANZAS DE DON JUAN” por Carlos Castaneda (1968)
Cuando un hombre es deficiente; su intención es vaga. Espera recompensas que nunca llegarán, pues no sabe nada de los trabajos que cuesta aprender.
“Pero uno aprende así, poquito a poquito al comienzo, luego más y más. Y sus pensamientos se dan de topetazos y se hunden en la nada. Lo que se aprende no es nunca lo que uno creía. Y así comienza a tener miedo. El conocimiento no es nunca lo que uno se espera. Cada paso del aprendizaje es un atolladero, y el miedo que el hombre experimenta empieza a crecer sin misericordia, sin ceder. Su propósito se convierte en un campo de batalla”.
“Y así ha tropezado con el primero de sus enemigos naturales: ¡EL MIEDO!. Un enemigo terrible: traicionero y enredado como los cardos. Se queda oculto en cada recodo del camino, acechando, esperando. Y si el hombre, aterrado en su presencia, echa a correr, su enemigo habrá puesto fin a su búsqueda.”
-¿Qué le pasa al hombre si corre por miedo?
-Nada le pasa, sólo que jamás aprenderá. Nunca llegará a ser un hombre de conocimiento. Llegará a ser un maleante, o un cobarde cualquiera, un hombre inofensivo, asustado; de cualquier modo, será un hombre vencido. Su primer enemigo habrá puesto fin a sus ansias.
-¿Y qué se puede hacer para superar el miedo?
-La respuesta es muy sencilla. No debe correr. Debe desafiar a su miedo, y pese a él debe dar el siguiente paso en su aprendizaje, y el siguiente, y el siguiente. Debe estar lleno de miedo, pero no debe detenerse. ¡Esa es la regla! Y llega un momento en que su primer enemigo se retira. El hombre empieza a sentirse seguro de sí. Su propósito se fortalece. Aprender no es ya una tarea aterradora.
“Cuando llega ese momento gozoso, el hombre puede decir sin duda que ha vencido a su primer enemigo natural”.
-¿Ocurre de golpe, D. Juan, o poco a poco?
-Ocurre poco a poco, y sin embargo el miedo se conquista rápido y de repente.
-¿Pero no volverá el hombre a tener miedo si algo nuevo le pasa?
-No. Una vez que un hombre ha conquistado el miedo, está libre de él por el resto de su vida, porque a cambio del miedo ha adquirido la claridad: una claridad de mente que borra el miedo. Para entonces un hombre conoce sus deseos; sabe cómo satisfacer esos deseos. Puede prever los nuevos pasos del aprendizaje, y una claridad nítida lo rodea todo. El hombre siente que nada está oculto.
FRAGMENTO DEL CANTO I “ALTAZOR” de Vicente Huidobro (1931)
Déjate caer sin parar tu caída
sin miedo al fondo de la sombra
Sin miedo al enigma de ti mismo
Acaso encuentres una luz sin noche
Perdida en las grietas de los precipicios
Cae
Cae eternamente
Cae al fondo del infinito
Cae al fondo del tiempo
Cae al fondo de ti mismo…
FRAGMENTO DEL TAO TE KING (50) de Lao Tse (Siglo IV a.C.)
50
La vida es una salida y la muerte una entrada.
Tres de cada diez son amigos de la vida.
Tres de cada diez son amigos de la muerte.
Tres también de cada diez
son los que mientras viven, se acercan a la muerte.
¿A qué se debe esto?
A que pretenden aumentar su vida.
He oído decir que el que sabe vivir
camina por el mundo
sin tropezar ni con rinocerontes ni con tigres.
Atraviesa por mitad del ejército
sin esquivar las armas ni los carros de combate.
En él, el rinoceronte no haya nada donde clavar su cuerno.
Ni el tigre donde hundir sus garras.
El arma no haya nada que reciba su corte.
¿Por qué?
Porque no tiene ningún punto débil,
ningún punto que pueda ser presa de la muerte.