El Desafío de las Enseñanzas de Don Juan Matus

Cuando uno admira las formidables ruinas de las culturas del México Antiguo, pienso en Teotihuacan, Monte Alban o el Tajin. Cuando uno se maravilla del increíble esfuerzo por dejar testimonio de su grandeza espiritual en la materia. Inmediatamente piensa uno, ¿cuál fue la filosofía que orientó y dirigió este inconmensurable trabajo? O seguiremos aceptando ciega, mansa y colonizadamente que, hacían esas inmensas pirámides y esas extraordinarias construcciones para «adorar al sol, al agua y al viento, o para tener sus ‘palacios’, ‘fortalezas’ y ‘ciudades’.

Desde la llegada de los conquistadores, toda la cultura de los Viejos Abuelos ha sido brutalmente negada y sobre todo su sabiduría milenaria. Este es el caso de la Toltecáyotl como la llaman los especialistas o Toltequidad como le dice don Juan Matus. Esta es la herencia más importante que tenemos, es nuestra esencia y raíz de todo cuanto somos.

En efecto, si los mexicanos no hemos desaparecido como pueblo estos últimos 500 años de injusticia y negación, ha sido sólo gracias a esta portentosa filosofía de vida. Lo que sucede es que esta sabiduría opera en los campos inconscientes del llamado «conocimiento silencioso» o podríamos decir… «de la cultura popular». La «magia de la cultura en México es la expresión de la Toltecáyotl en nuestros actos, sentimientos y en el inconsciente colectivo». Los mexicanos despreciamos nuestra cultura y la desconocemos, en general, somos «extranjeros incultos en nuestra propia tierra» y paradójicamente es lo que nos sostiene.

 Ese es el problema que enfrenta la Toltecáyotl en estos momentos. Por una parte, esta en manos de un puñado de iluminados de la nueva era, con los «derechos reservados» en Estados Unidos y se difunde a través de costosos seminarios. Los nuevos «naguales online» cobran en dólares y hablan ingles para enseñar la famosa tensegridad.

En México un puñado de «aZotericos» [por lo del azote] están ensartados en las enseñanzas de don Juan para: tener un pasaporte al mundo de las drogas, volverse «guerreros» y usar a quien se pone a su alcance, convertirse en «gurus» de incautos o simplemente por una casualidad y novedad superficial y temporal.

 La mayoría de estos «guerreros», les encanta jugar y recrear su importancia personal en el supuesto mundo del nahual. Están obsesionados con las aterradoras descripciones que hace Castaneda de ese mundo, reservado para muy pocos, poquísimos!!! En sus mentes fantasiosas, creyéndose guerreros, según ellos, penetran los augustos misterios de la Toltecáyotl y lo único que hacen es tener truculentas diarreas mentales, perder el tiempo y engañarse.

 Debemos de recordar que ni en los mejores tiempos del Esplendor Clásico del México Antiguo, la Toltecáyotl era para todos. Los ilusos deben entender que este conocimiento esta reservado a unos cuantos, pues muy pocos seres humanos tienen la capacidad para entregarse a las férreas disciplinas y sacrificios que implica este camino, igual que el de los Sufis o de los monjes tibetanos. Además, como lo dice el propio don Juan, todos los que buscan la enseñanza «esta rejados», no sirven para este asunto. Todos los aprendices tienen que ser enganchados a partir de una trampa, pues alguien en sus cinco sentidos no tomaría este camino. Es por eso que quienes lo buscan… generalmente están «loquitos» o sencillamente son desadaptados sociales.

¿Cuál es entonces el valor de las enseñazas de Don Juan o la Toltecáyotl?. En principio diremos que ha sido un designio del «Poder», que esta milenaria y desconocida filosofía emergiera a la luz publica y se tradujera de cultura oral a cultura escrita [ese es el aporte de Castaneda]. Lo más importante de la obra son los 4 primeros libros donde se exponen las enseñazas para el lado derecho o «barrer la isla del tonal». Con el simple libro de «Viaje a Ixtlán» y sus 17 técnicas, cualquier persona congruente se podría llevar TODA UNA VIDA para poder aplicarlas «impecablemente» en su vida cotidiana, donde esta la verdadera Batalla de Poder. Cambiar la forma de vida y hacerla un ejercicio de estrategia a través de reducir la importancia personal por medio de una vida austera, sobria e impecable, debe ser la meta suprema para una persona que trate de aprender de la milenaria sabiduría. Aprender a ser humildes y entender que nunca seremos «guerreros», pero actuar como si no lo supiéramos y esforzarnos hasta el último instante de vida. Intentar vivir todos los días aplicando las 17 técnicas sin miedo y sin ambición, por la simple necesidad de ser responsables y congruentes.

La Toltecáyotl y especialmente el mundo del nahual no son para todos, pero lo que sí nos legaron ayer y hoy los toltecas, es una forma correcta de vivir.

Cuando en la época en que los centros de conocimiento estaban en su esplendor y los guerreros y los hombres de conocimiento desarrollaban al máximo sus técnicas; los «masehuales», «las alas y la cola del águila», [el pueblo] tenían una doctrina y unos valores que les permitieron vivir mil años de paz total, sin sacrificios humanos, guerras, ni Estados, dirigidos por los Venerables Maestros Toltecas [200 a.-850 d.C.]. Esa forma correcta de vivir, es la herencia que de alguna manera esta viva en las comunidades indígenas y campesinas del país. Esa forma de vida es la que hemos tratado de erradicar desde 1521 a través de la cristianización, la civilización occidental, el progreso, la modernidad, la industrialización, el desarrollo y ahora la globalización. Siempre despreciando lo propio y exaltando lo ajeno.

 El mundo del nahual es para muy pocos, en cambio el mundo del tonal es para todos. Amable lector, usted no se ha dado cuenta que los gachupines, criollos y mestizos, durante los últimos 481 años nos la hemos pasado diciendo que los «indios» son tontos, flojos e incapaces. Pero, ¿usted se ha preguntado cómo ha sido posible que hayan sobrevivido a su muerte histórica? Cómo es posible que se les ha tratado de exterminar y destruir culturalmente y ellos, no sólo han sabido sobrevivir al infierno que les hemos dado, sino que se han fortalecido y se han «apropiado» de muchos elementos culturales y si en siglo XVI casi los acabamos hasta dejarlos en un millón, ahora son más de diez. De cara al inicio del siglo XXI son los insurgentes indios mayas de Chiapas y el EZLN, los que nos señalan el camino, no sólo a los mexicanos, sino a los pueblos que quieren acabar con el imperio del Mercado.

Por pura curiosidad, si usted que «conoce» las técnicas de don Juan… ¿ha visto a un indio parlanchín, con una desbordante importancia personal? Seguramente que no, por lo general son personas muy austeras, sobrias, sensibles, calladas, apegadas a la naturaleza, da manera cultural mantienen «la marcha de poder», el no hacer [por eso son ¡indios!], son frugales, llevan a la muerte como compañera y un largo etcétera. En mi juventud, cuando empecé a leer la obra de Castaneda y vivía en Oaxaca, visitando las comunidades indígenas, trabajando con ellas y aprendiendo de ellas, me di cuenta que los indígenas eran practicantes «no racionales» de la toltequidad y que culturalmente actuaban como guerreros.

 Entonces entendí de lleno «las enseñanzas de Don Juan» y me di cuenta que eran, más que una verdad literaria, eran una realidad cotidiana. Sólo como guerreros los indios han podido sobrevivir al genocidio, la explotación y a la negación. La cultura dominante y los mestizos, hemos sido sus mejores ‘repinches tiranos».

 El futuro de México es su pasado. Necesitamos de la Toltecáyotl para poder rehacer este mundo tan caótico. Las enseñanzas de don Juan, la Toltecáyotl y la obra de Castaneda, nos pueden ayudar a retomar antiguos valores, principios y conocimientos para ser «mejores seres humanos», para forjarnos «un rostro propio y un corazón verdadero» como les decían nuestros Viejos Abuelos en el Calmécac o en el Telpochcalli a los estudiantes.

 El mundo «aZoterico» del nahual y los alucinógenos, es sólo una puerta falsa, un despeñadero inútil. Tomar las enseñazas de don Juan, lo obra de Castaneda o la Toltecáyotl, como una moda para fantasear puede ser un buen camino para perder el tiempo y auto engañarse. La verdadera magia esta en la vida misma, el gran misterio esta en nuestro ser interior, la verdadera batalla esta en la vida cotidiana, el enemigo a vencer esta adentro de nuestro corazón. Nadie podrá llegar al mundo del nahual, sin antes tener PLENO DOMINIO del mundo del tonal. Quien no se vence a sí mismo, jamás podrá soñar con ser guerrero, ni mucho menos penetrar en los insondables misterios del nahual.

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